Vendajes de pies ¿Fetiche?

Zhao Hua Hong fue uno de los últimos practicantes vivos de vendaje de pies.  Vendar los pies fue una práctica cultural profundamente arraigada en China que duró más de mil años, comenzando en el siglo X y disminuyendo gradualmente a principios del siglo XX.  Involucró el vendaje apretado de los pies de las niñas, lo que resultó en una deformidad severa y discapacidades de por vida.
 Zhao Hua Hong nació en un pequeño pueblo de la China rural en 1929, en una época en la que todavía se practicaba mucho el vendaje de los pies.  Creció en una familia que se adhirió a esta tradición y, a la edad de seis años, sus pies estaban vendados de acuerdo con las normas y expectativas sociales.  Como muchas otras niñas de su generación, soportó el dolor insoportable y sufrió las consecuencias duraderas de esta cruel práctica.

 A medida que crecía, Zhao Hua Hong se volvió cada vez más consciente del cambiante panorama social en China.  El comienzo del siglo XX trajo cambios culturales y políticos significativos, y el vendaje de los pies fue objeto de escrutinio como símbolo de opresión y subyugación de las mujeres.  Influenciada por estas actitudes cambiantes e inspirada por los movimientos emergentes por los derechos de las mujeres, eventualmente se convirtió en una defensora de la abolición del vendaje de los pies.

 Con el paso del tiempo y la difusión de la educación, el vendaje de los pies perdió gradualmente su atractivo y se prohibió oficialmente en China en 1949. Sin embargo, sus ecos perduraron y la experiencia de Zhao Hua Hong fue un claro recordatorio de una tradición dolorosa y opresiva que  había dado forma a la vida de innumerables mujeres.

 En sus últimos años, Zhao Hua Hong se dedicó a preservar la memoria y la historia del vendaje de pies.  Participó en entrevistas, documentales y debates públicos, compartiendo su historia personal y creando conciencia sobre las consecuencias físicas y psicológicas de la práctica.  Su valentía y disposición para hablar en contra del vendaje de los pies sirvieron de inspiración para muchos, ayudando a fomentar una comprensión más amplia de la igualdad de género y el cambio cultural.

 Hoy, Zhao Hua Hong se erige como un testimonio viviente de una era que ya pasó.  Su presencia sirvió como un recordatorio de la resiliencia de las mujeres a lo largo de la historia y la lucha constante por la igualdad de género.  Sus esfuerzos por documentar y compartir su historia garantizan que las generaciones futuras no olviden las injusticias que enfrentan las mujeres que sufrieron el dolor y el sufrimiento de vendarse los pies, al tiempo que destaca el progreso logrado en la promoción de los derechos de las mujeres y el desafío de las prácticas culturales dañinas.

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